Delegados y directores de las murgas porteñas denunciaron la "censura" que sufrieron cuatro corsos, al ser suspendidos de manera "arbitraria" por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires sin dar explicaciones a sus protagonistas ni a los vecinos de Saavedra, Piedrabuena y Barracas, señalaron los voceros de las murgas.
A mediados de febrero, en pleno carnaval, las y los delegados que representan a los 12.000 murgueros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se enteraron por WhatsApp que el Ministerio de Seguridad porteño "sugería" a la cartera de Espacios Públicos la suspensión de dos corsos del barrio de Saavedra, y un tercero de Piedrabuena.
La directora de la murga Elegidos del Dios Momo y delegada de la Comisión de Carnaval porteño, Verónica Mariño, explicó: "Fue una decisión totalmente arbitraria, sin comunicar a las partes, que habíamos conformado la mesa de negociación, después de todo un año de trabajo en conjunto. Ni siquiera nos convocaron a una reunión de emergencia ante semejante decisión de cerrar los corsos".
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